La investigación “Estado de las prácticas empresariales contra el soborno: primer estudio latinoamericano” incluye la sección del Perú (cap. 10) elaborado por las profesoras de la Universidad del Pacífico (UP), María Matilde Schwalb y María Angela Prialé, a iniciativa del Centro de Liderazgo, Ética y Responsabilidad Social (CLERS) de la UP, y con el apoyo del CIUP. El documento, de acceso libre, fue presentado y debatido en público por un panel integrado por actores de los sectores público y privado.
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El “Estado de las prácticas empresariales contra el soborno: primer estudio latinoamericano”, fue presentado en la Universidad del Pacífico (UP), encargada del capítulo del Perú, trabajo que se inició en el 2018. Así, la UP participó junto a diez instituciones educativas de América Latina, lideradas por el grupo Champions de la iniciativa de los Principios para una Educación Responsable en Gestión de Negocias (Principles for Responsible Management Education o PRME por sus siglas en inglés) del Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU). Esta investigación regional colaborativa buscó medir el nivel de penetración del soborno en la cultura de negocios de nuestros países. La actividad se realizó el 17 de setiembre en la UP ante funcionarios gubernamentales, directivos de gremios empresariales, representantes de organizaciones internacionales y miembros de la sociedad civil.
El Rector de la Universidad del Pacífico, Felipe Portocarrero, destacó el esfuerzo realizado por las profesoras de la UP del Centro de Liderazgo, Ética y Responsabilidad Social de la UP en la promoción de una cultura de integridad en los negocios, así como la labor de los tres editores del estudio: Gustavo Yepes, Consuelo García y Matilde Schwalb. Comentó que participó de la escritura del libro El pacto infame: estudios sobre la corrupción en el Perú. “Quince años después, si todo eso era una voz de alarma, lo que tenemos ahora es el diluvio universal”, aseguró el Rector.
La también directora de CLERS de la UP, Matilde Schwalb, señaló que este estudio tuvo la motivación de aportar al conocimiento del fenómeno del soborno, así como de encontrar soluciones efectivas para acabar con este flagelo, cuya existencia perjudica seriamente el progreso de nuestro país y el de toda Latinoamérica. “La oportunidad que se nos presenta ahora para el Perú es muy especial, nos ha tocado hacer el estudio en un momento de alta sensibilidad social respecto de esta mala práctica”, dijo Schwalb.
Dado que la investigación se enmarca en la iniciativa de los PRME de la ONU, Julio Corcuera, oficial de la educación y prevención del crimen juvenil de la Oficina de la ONU en Lima contra la Droga y el Delito para Perú y Ecuador (ONUDC por sus siglas en inglés), trajo el mensaje de Kristian Hölge, responsable de dicha sede. El representante de la ONUDC recordó los lineamientos de la ONU para un desarrollo sostenible a través de la Agenda 2030 y los ODS: “son el intento por construir un futuro mejor para todos, pero esos objetivos y propósitos son imposibles si no trabajamos por reducir la corrupción y eliminarla de una serie de prácticas cotidianas en nuestro medio”, precisó. Finalmente aseguró que esta es una tarea que nos involucra a todos.
El Director de Gestión y Responsabilidad Social de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia, Gustavo Yepes, presentó los principales resultados regionales del estudio. El también coordinador del estudio en Colombia y del PRME-ONU en ese país reveló que la investigación, a nivel de América Latina, “nos permitió verificar, con cifras y datos, la preocupante situación en que se encuentra la región frente a las prácticas asociadas al soborno”, afirmó Yepes.
Yepes recalcó que buena parte del sector privado latinoamericano desconoce las leyes e iniciativas internacionales contra la corrupción y el soborno, y que “sus acciones para prevenir o corregir estas situaciones son escasas, contribuyendo así a la generación de un ambiente que sistemáticamente reduce la confianza en los negocios y las instituciones del Estado”.
Perú coincide con vecinos, pero también se diferencia
La muestra de la encuesta en el Perú está principalmente conformada por presidentes, gerentes y directores de compañías de los diferentes sectores económicos del país. Dicha selección comprende a las empresas grandes medianas y pequeñas de las diferentes regiones del país.
El Perú tiene los porcentajes más altos de conciencia de las empresas respecto de la corrupción, pero también los indicadores de percepción más elevados de la práctica del soborno. Entre los resultados más importantes tenemos que el 99% de encuestados cree que en el Perú hay empresarios que ofrecen soborno, mientras que el 82% asegura que en su sector se dan sobornos, y que el más propenso es el de construcción, recibiendo el señalamiento del 58% de las encuestados. Además, el 53.8% desconoce las iniciativas internacionales voluntarias contra la corrupción, y casi un 60% afirma no haber recibido información sobre aquellas.
La coautora del capítulo Perú, María Ángela Prialé, indicó que “con respecto a las iniciativas voluntarias para combatir la corrupción que reconocen los encuestados, más de 53% no conoce ninguna”. Asimismo, “a nivel de la región, el Perú es el país donde se presenta el mayor desconocimiento de estas iniciativas”, indicó. Para ella, estos resultados pueden ser vistos negativamente, o pensados como una oportunidad para iniciar o continuar la divulgación y educación necesaria.
Otros hallazgos del caso peruano revelan que el 54.5% de los encuestados considera que el monto que se paga de manera secreta para la adjudicación de un contrato oscila en un rango entre 1% y 10%. Además, se encontró que se percibe que el soborno sirve para obtener un contrato (60.9%), agilizar trámites empresariales (51.6%) y acceder a servicios (37.5%).
Respecto a la posibilidad de denunciar el soborno al interior de las empresas, el 47.1% de encuestados reveló que no tiene acceso a poner una denuncia, al tiempo que menos de la mitad (49.3%) cuenta con canales confidenciales para empleados que soliciten orientación o quieran denunciar hechos de soborno sin riesgo de sufrir represalias.
El panel Estado de las prácticas empresariales contra el soborno: Resultados Perú, fue moderado por Paula Muñoz, investigadora y profesora del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas de la UP, quien aseguró que “un componente fundamental sin el que no se puede entender la corrupción en el país, es el de las empresas” y se refirió especialmente a las que forman parte del llamado Club de la Construcción.
Susana Silva, Secretaria de Integridad Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros y Coordinadora General de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción, afirmó que ha ocurrido un quiebre profundo en la región. “Nuestra mirada tiene que estar más allá que la comisión de un delito”, indicó. Según Silva, se requiere el conocimiento de las leyes, normas y buenas prácticas, “pero sobretodo entender que la cultura de la integridad es mucho más amplia que solo no incurrir en un hecho de corrupción”.
Walter Albán, miembro del Consejo Directivo de Proética, reconoció el importante esfuerzo detrás de este estudio y señaló que se requiere sostenibilidad de ser realizado periódicamente. Comentó, además, que tradicionalmente el campo público y privado ha sido separado, pero “cuando hablamos de corrupción en el país no podemos hablar de público y privado, está atravesando todo”.
Por su lado, el Presidente del Consejo Privado Anticorrupción y miembro del Comité Ejecutivo de la CONFIEP, Jorge Baca-Álvarez, sostuvo que ahora, las más altas esferas de las compañías son conscientes de la necesidad del cambio. Agregó que la lucha contra la corrupción es un problema que concierne a: los empresarios, funcionarios, la academia y entes encargados de la comunicación y cultura. Para Baca-Álvarez, debemos visualizar “el daño y todos los efectos negativos que se generan a partir de la corrupción, que mensajes claros e involucrando a los medios de comunicación, que nos recuerden que es lo bueno y lo malo”.
Hay esperanza contra la corrupción
La investigación revela que para el 68.8% de encuestados, la corrupción del sector público desalienta que las empresas implementen prácticas para la prevención del soborno. Sin embargo, los encuestados también creen que entre las medidas más efectivas para combatir el soborno están: más y mejor educación para los niños y jóvenes (73.6%), fomentar una cultura ética de la implementación de sistemas de integridad y transparencia (69.5%), crear y fortalecer los sistemas de denuncia y protección de denunciantes (59.3%), e impulsar reformas económicas y administrativas para que las organizaciones públicas y privadas sean más transparentes y rindan más cuentas (59%), entre otras.
Finalmente, la profesora UP, Prialé cree que la investigación también refleja una esperanza de que la comunidad empresarial se comprometa contra la corrupción, pues casi el 70% de los encuestados identifica la implementación de una cultura ética como una práctica efectiva contra el soborno, además de necesaria para que sus actividades sean sostenibles en el tiempo. Ello, por ejemplo, se sostiene con iniciativas empresariales como el Consejo Privado Anticorrupción, miembro del Comité Ejecutivo de la CONFIEP. Igualmente, Prialé consideró positivo que el 74% de los consultados apunten que la educación de niños y jóvenes es una de las armas que tiene el país contra las prácticas del soborno.
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Ahora que está tan en boga hablar de transformación cultural, de cara a la transformación digital, debemos promover también una sólida cultura ética dentro de ese cambio.
Quizás, algún indicador de contabilidad social lo deba revelar en un reporting de sostenibilidad.
Felicitaciones a la UP y al Centro de Liderazgo, Ética y Responsabilidad Social.